Comidas copiosas, almuerzos de empresa, reuniones con amigos… ¿El resultado? Pesadez y molestias estomacales, flatulencias o indigestión. ¿Te resulta familiar esto en las fechas de Navidad? Comienza una época del año donde por norma general ingerimos alimentos que se salen de nuestra dieta habitual. Puede que esta sintomatología sea fruto de dicha ingesta, pero también es posible que padezcas sensibilidad alimentaria y no lo sepas.
La sensibilidad alimentaria, en muchas ocasiones pasa desapercibida, ya que sus manifestaciones no son inmediatas tras la ingesta. Presentan un amplio abanico de síntomas que no ayuda a dar con el diagnóstico correcto y pueden poner en riesgo tu salud.
¿Qué es la sensibilidad alimentaria?
La sensibilidad alimentaria afecta aproximadamente al 40% de la población y se produce cuando al consumir ciertos alimentos nuestro sistema inmunológico reacciona frente a ciertas proteínas del alimento a las que se ha sensibilizado previamente. Esto causa síntomas digestivos como hinchazón abdominal, digestiones pesadas, dolor de estómago, diarrea o estreñimiento. Además, pueden asociarse síntomas como migraña, cefaleas, dolor muscular, cansancio, trastornos del sueño y alteraciones en la temperatura y en la piel, al ser una enfermedad sistémica.
Hay que apuntar que la sensibilidad alimentaria no es lo mismo que la alergia alimentaria. Esta última produce una reacción más rápida del sistema inmunológico (mediada por anticuerpos de tipo IgE) y puede ser más peligrosa para la salud. De hecho, en Navidad es muy común que los frutos secos, el marisco, el pescado o algunas frutas produzcan reacciones alérgicas en adultos.
También hay que diferenciarla de la intolerancia alimentaria que afecta al 10% de la población. En este caso, el problema está en que se carece de los mecanismos necesarios para digerir el alimento problemático, por ejemplo, de lactasa en la intolerancia a la lactosa o de la enzima DAO en la intolerancia a la histamina.
¿Por qué puede aparecer?
Numerosos estudios relacionan los alimentos con reacciones de hipersensibilidad mediadas por inmunoglobulinas de tipo IgG.
La continua ingestión de los alimentos a los que se es sensible, ya sean consumidos directamente o que se encuentren como ingredientes de alimentos preparados o precocinados, provoca una constante presencia de anticuerpos específicos en el torrente circulatorio.
La consecuencia final de la reacción inmunológica que se produce a nivel vascular es el inicio de un proceso inflamatorio responsable de los daños colaterales en los tejidos.
Evita los alimentos a los que eres intolerante durante la Navidad.
Para disfrutar de las celebraciones con amigos y familias es importante conocer a qué alimentos se es sensible para poder evitarlos. Así, no solo evitaremos el malestar en los días siguientes, sino que también podemos eliminar esos alimentos de nuestra dieta habitual y evitamos dañar progresivamente nuestra salud.
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