Siempre hemos escuchado que a los análisis de sangre hay que acudir en ayunas y sin haber bebido agua en los 8 horas anteriores. ¿Sabes a qué se debe esto?
Primera razón: Cambios fisiológicos de los niveles en sangre
Algunos parámetros de la analítica, como el colesterol o la glucosa, ampliamente solicitados, se ven alterados después de comer.
El ayuno de 8 horas busca medir los niveles sin las interferencias que provoca haber comido recientemente.
Quienes tienen triglicéridos altos deberán ayunar 14 horas en vez de ocho, ya que si cena muy tarde pueden quedar triglicéridos en la sangre y alterar los resultados.
Segunda razón: una muestra poco clara
Para lograr los mejores resultados se debe tener la mejor muestra posible. Si no cumplimos con el periodo de ayunas la sangre estará más turbia, ya que por ella circularán sustancias que pueden interferir en los parámetros analizados.
Hay que tener en cuenta que la tecnología está pensada para analizar una sangre que podemos llamar ‘limpia’ o sin esas interferencias, aunque cada fabricante tiene unas características concretas para cada analito.
En cualquier caso, existen análisis que no requieren de ayuno. Y se exceptúa totalmente en los análisis en lactantes y niños muy pequeños.
Además, siempre se debe consultar con el médico o con el laboratorio las acciones que debemos llevar a cabo previas a un análisis de sangre, entre ellas el ayuno y la toma de medicamentos.