En España unas 500.000 personas son celiacas, aunque muchas de ellas no lo saben por lo que no cuentan con un diagnóstico de la enfermedad.
Cuando hablamos de enfermedad celiaca nos referimos a una de las enfermedades que más afectan a la población. Es una condición del sistema inmune por el cual las personas no pueden consumir gluten, ya que éste daña su intestino delgado. Además, el organismo no acepta las proteínas del gluten.
Los expertos apuntan a que hay tres formas en las que se puede presentar la enfermedad celiaca. ¡Toma nota!
La celiaquía
Empecemos por hablar de la celiaquía y sus características. Esta, como hemos dicho anteriormente, es una enfermedad autoinmune a la gliadina (proteína) del gluten, una intolerancia al gluten permanente.
Decimos que es autoinmune porque es nuestro organismo quien daña las vellosidades intestinales para defendernos del gluten (porque lo considera un “enemigo” del cuerpo). Por lo general, se da en individuos que está predispuestos genéticamente y puede desarrollarse en cualquier momento de la vida.
Además, afecta a todo el organismo porque, además de problemas digestivos, puede causar otros síntomas no relacionados con el sistema digestivo. Algunos de los síntomas más habituales son: diarrea, fatiga o pérdida de peso.
Por último, es una enfermedad crónica que no tiene cura. El único tratamiento eficaz que existe es eliminar el gluten de la dieta.
¿Cómo se diagnostica la celiaquía?
En primer lugar, el paciente puede acudir a los laboratorios de Eurofins Megalab en Canarias para realizar un análisis de sangre que permita determinar si tiene o no una intolerancia al gluten.
Con este análisis se examinan los anticuerpos IgA Anti-Endomisio, IgA Anti-Gliadina y IgA Anti-Transglutaminasa. Con los resultados podemos determinar si el paciente presenta o no la enfermedad celiaca.
En caso de que los resultados sean positivos a la enfermedad, se recomienda acudir con los resultados a un médico especialista que podrá establecer la necesidad de realizar pruebas complementarias, como una biopsia del intestino delgado.
Grupos de riesgo con alta prevalencia de enfermedad celíaca
La celiaquía aparece, casi exclusivamente, en personas de raza blanca. Estos son algunos grupos de riesgo que muestran una alta prevalencia de esta enfermedad:
- Familiares de primer y segundo grado de pacientes celíacos. Los padres, hermanos e hijos de pacientes celíacos tienen un 10-30% más de posibilidades de padecerla.
- Pacientes con DM1 (diabetes mellitus insulino dependiente) presentan mayor riesgo de padecer EC que la población sana. Numerosos estudios confirman que dicha prevalencia oscila entre el 2.5 y 5 %.
- Personas con trastornos inmunes tiroideos (tiroiditis autoinmune crónica, tiroiditis de Hashimoto, y enfermedad de Graves) o gastrointestinales (hepatitis autoinmune, cirrosis biliar primaria).
- Individuos con enfermedades del tejido conectivo (artritis reumatoidea, Síndrome de Sjogren).
- Personas con Síndrome de Down.
- Sujetos con deficiencia de IgA.
- Individuos con trastornos neurológicos (epilepsia, calcificaciones cerebrales occipitales, ataxia, neuropatías periféricas, demencia, esclerosis múltiple y leucoencefalopatia).
La sensibilidad al gluten
La sensibilidad al gluten no es ni una alergia ni una intolerancia al gluten. Cuando se realizan la prueba de intolerancia al gluten los resultados son negativos, sin embargo, presenta todos los síntomas cuando ingiere alimentos con gluten.
Es complicado diagnosticar la sensibilidad al gluten, ya que, en muchas ocasiones, los síntomas más frecuentes no son los digestivos.
Por lo tanto, ¿Cuándo hablamos de sensibilidad al gluten? Básicamente cuando la persona deja de consumir alimentos con gluten y sus síntomas mejoran. Y, también, cuando al volver a consumirlos reaparecen los síntomas.
La alergia al gluten
La alergia al gluten, al igual que ocurre con otras alergias, es cuando el organismo considera ese alimento como dañino para el organismo. La principal diferencia con la celiaquía es que esta enfermedad si destruye los tejidos del intestino delgado, mientras que la alergia no causa ese efecto.
Para identificarla es necesario prestar atención a síntomas como la hinchazón o irritación de la boca, la erupción cutánea con picores, congestión de la nariz y ojos, náuseas o problemas para respirar.
En los casos más graves la persona puede sufrir un shock anafiláctico y requerir una intervención médica urgente.