En muchas ocasiones te habrás preguntado por qué junto con el análisis de sangre, también se requiere uno de orina o por qué el médico solicita un análisis de orina. Es una prueba sencilla, que no genera molestias y con la que se logra obtener información relevante de la salud del paciente.
A través de esta muestra, de unos 40-50 ml, se consiguen detectar patologías que afectan al riñón, u otras como la diabetes o infecciones urinarias. También se emplea en la detección o control de enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoide o para verificar la presencia de sangre en la orina.
Una vez se recibe la muestra en el laboratorio ésta se examina al detalle. En primer lugar se observará a simple vista el color y la apariencia, es decir, si es clara o turbia, si tiene un color amarillo oscuro…
Tras este primer paso, se analiza la bioquímica en el procesador automático. En concreto, nos permite conocer la densidad, pH, glucosa, proteínas, hematíes, cetonas, bilirrubina, nitrito, cristales y células epiteliales.
Finalmente, se observa el sedimento de la orina bajo un microscopio. De esta forma se logra detectar células, cristales urinarios u otras sustancias, además de bacterias, hongos, y parásitos.
En caso de detectar una posible infección, se procedería al cultivo de la orina para identificar el germen responsable, y en los casos necesarios realizar el antibiograma para determinar el antibiótico mas adecuado para que el médico ponga el tratamiento más eficaz.
Tipos de análisis de orina
Lo más común en análisis rutinarios es la micción en un bote, al despertarse, es lo que conocemos como análisis de orina básico.
En otros casos, se requiere recoger la orina de todo un día, especialmente para estudiar aspectos del funcionamiento del riñón. En este caso, se rechaza la primera micción de la mañana y se recogen todas las que se produzcan en las siguientes 24 horas.
Y, por último, encontramos el análisis de orina con sonda, que tal y como su nombre indica, se recoge la orina mediante una sonda que atraviesa la uretra hasta llegar a la vejiga. Cuando se elige esta opción es porque el paciente ha sido sondado previamente.