La alergia a la proteína de la leche de vaca, de huevo y a pescados son las alergias alimentarias más frecuentes en la población española.
Estas alergias alimentarias provocan una reacción en el sistema inmunológico que crea un mecanismo de defensa ante sustancias inofensivos que se vuelven dañinas para el organismo.
Las personas que sufren alguna alergia alimentaria tienen grandes dificultades en su día a día para encontrar alimentos seguros y para confiar en que las etiquetas contienen información veraz acerca de los ingredientes que contienen.
Muestra de ello, ha sido el caso sucedido en Alicante en el que un niño de 9 años, alérgico al pescado, sufrió un fuerte shock anafiláctico tras comerse unas patatas fritas que habían sido fritas con aceite usado para freír pescado.
En este sentido, las asociaciones de alergología advierten de la necesidad de cumplir con la normativa de alérgenos y mejorar la gestión de los alérgenos en los restaurantes, no basándose exclusivamente en la información en la carta, sino en la adecuada manipulación de los alimentos.
Diagnosticar alergia alimentaria con análisis de sangre IgE
Toda persona que sospeche que tiene una posible alergia alimentaria por presentar alguno de los síntomas propios puede recurrir al especialista para que realice las pruebas concretas.
En LGS Análisis realizamos el análisis de sangre IgE (inmunoglobulina E), una muestra de sangre detecta presencia de anticuerpos para alergias y fundamental en el diagnóstico de dichas alergias.
El organismo para protegerse del alérgeno produce los anticuerpos IgE, que se encuentran generalmente en pulmones, piel y membranas mucosas. Todas las personas tienen IgE en el organismo, sin embargo los pacientes alérgicos tienen estos niveles elevados. Aun así, tener la IgE alta no implica necesariamente tener alergia.
Qué debes saber sobre las alergias alimentarias
Esta alergia se produce por el contacto, ingestión o inhalación de las proteínas de un alimento. Hay que destacar en este punto que las alergias son siempre frente a las proteínas del mismo y nunca ante los azúcares.
Sus síntomas más comunes son las erupciones, urticaria, picor, inflamación o tos. En los casos más graves puede presentarse dificultad respiratoria, asma, hipotensión, palpitaciones o mareo.
El calor no destruye los alérgenos, como sí puede ocurrir con las bacterias. Hay proteínas resistentes al calor que no se modifican al cocinarlas y provocan alergia.
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