La sociedad adulta está concienciada de la necesidad de realizar un análisis básico anualmente para controlar determinados niveles y conocer cómo se encuentra el organismo. Sin embargo, existen ciertas dudas acerca de cuándo deben los niños realizarse un análisis de sangre.
Razones para realizar un análisis de sangre a un niño
Actualmente no existe una recomendación o pauta concreta acerca de cuándo deben los niños realizarse un análisis de sangre. Por lo general, si el niño está sano y no tiene enfermedades crónicas o puede diagnosticarse a través de una prueba menos invasiva no está indicado la realización de un análisis de sangre.
En aquellos menores que cuenten con antecedentes familiares de determinadas enfermedades si se deberán realizarlo para descartar o diagnosticar de forma temprana dicha patología.
Por ejemplo, en aquellos niños con antecedentes de hipercolesterolemia será conveniente realizar una analítica cuando tengan entre 8 o 10 años, según valore el pediatra.
Análisis en niños con enfermedades crónicas
Cuando los niños padezcan enfermedades crónicas como puede ser la diabetes o enfermedades renales es imprescindible realizar estos análisis periódicamente para poder mantener un control de la evolución de la enfermedad y evitar complicaciones futuras.
También es aconsejable en niños que tienen tratamientos farmacológicos crónicos.
¿Cómo se realiza un análisis de sangre a un niño?
El menor debe acudir en ayunas, aunque no siempre será necesario. Para evitar que el menor tenga una mala experiencia estos análisis se realizan con una aguja muy fina en las venas de flexura del codo. Al igual que en los análisis de los adultos, se coloca una tira de goma en el brazo para que las venas se llenen de sangre y facilitar así la extracción.
A continuación, se desinfecta la zona de la punción con alcohol y se avisa al niño para que esté preparado.