El cáncer de colon es uno de los pocos que se pueden diagnosticar precozmente, incluso cuando el paciente no tiene síntomas. Para lograrlo es necesario que éste realice periódicamente análisis específicos de sangre oculta en heces.
Esta es una prueba poco invasiva y fácil de realizar, que tiene como finalidad detectar si existe o no sangre en las heces o material fecal. En caso de encontrarse rastros de sangre puede ser signo de cáncer o de la existencia de úlcera o pólipos en la pared interna del colon y del recto.
La prueba de sangre oculta en heces debe realizarse cada dos años. Especialmente, las mujeres y hombres a partir de los 50 años. En aquellos pacientes con antecedentes familiares de cáncer colorrectal el test deberá comenzar a realizarse con anterioridad, al mismo tiempo que se llevan a cabo revisiones con el digestivo.
La principal ventaja de esta prueba es que permite detectar a tiempo el cáncer, lo que implica un aumento del índice de supervivencia y evita su aparición.
Desde la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) aseguran que el 90% de los casos de cáncer de colon y recto pueden curarse si son detectados a tiempo.
¿Si el test es positivo significa que hay cáncer de colon?
Si el test revela un resultado positivo, es decir, muestre sangre oculta en heces, no implica que el paciente vaya a padecer cáncer de colon.
En estos casos, se debe realizar una colonoscopia para determinar el origen del sangrado (hemorroides, pólipos, tumor…).
El objetivo del examen es detectar y extirpar los pólipos precancerosos que puedan haber en la zona, para prevenir el desarrollo posterior de tumores malignos.
Según la AECC la tasa de positivos en España es de 6-7%. En estos casos se han observado tumores o pólipos en etapas previas. Es por esto, que se hace tanto hincapié en la importancia de realizar estas pruebas para prevenir el cáncer de colon.