La alergia es extremadamente común y su frecuencia va en aumento. Actualmente un 25% de la población general sufre de enfermedades de origen alérgico, como el asma bronquial, la rinitis o conjuntivitis alérgica, la urticaria agua, el angioedema, las reacciones severas a venenos de insectos, las reacciones alérgicas a medicamentos y la anafilaxia.
Los expertos estiman que en los próximos 20 años, las alergias afectarán a la mitad de los europeos y al 30% de la población española.
Cómo se producen las alergias
Las alergias son una respuesta exagerada del cuerpo ante sustancias normalmente inofensivas, denominadas alérgenos, como los ácaros, pólenes, alimentos, medicamentos…
Se trata de una reacción de hipersensibilidad, mediada por la Inmunoglobulina E, que se desencadena porque el sistema inmunitaria las identifica como nocivas y se defiende de las mismas liberando sustancias inflamatorias, como la histamina, que afecta a los tejidos corporales y provoca inflamación. Así se originan los síntomas de la enfermedad alérgica.
Quién puede padecer alergia
Estas reacciones se producen en aquellas personas que tiene cierta predisposición genética y en las que, además, influyen factores ambientales.
Los antecedentes familiares son fundamentales, tal y como explican los especialistas cuando uno de los progenitores es alérgico, hay un 50% de probabilidades de que el niño también padezca alergia. Cuando los dos progenitores son alérgicos, esta probabilidad aumenta hasta el 70%.
Análisis de sangre para diagnosticar las alergias
Ante los primeros síntomas de una alergia hay que acudir a un médico especialista en alergología, que determinará si presenta o no alergia teniendo en cuenta la historia clínica y mediante la realización de determinadas pruebas.
Entre las pruebas a realizar están las cutáneas (prick-test), los análisis de sangre (determinan la IgE específica) y en algunos casos, se requieren otras pruebas de laboratorio.
Una vez diagnosticada, ésta se puede tratar con fármacos antiinflamatorios, broncodilatadores o antihistamínicos.
También se puede aplicar un tratamiento hiposensibilizante que consiste en inducir una tolerancia al alérgeno mediante inyecciones de dosis mínimas durante 3-5 años.
Por otra parte, se realizan medidas de “desalergenización”, es decir, evitar la exposición a la fuente alergénica.